Acércate, poeta; mi alma es sobria,
de amor no entiende -del amor terreno-
su amor es mas altivo y es más bueno.
No pediré los besos de tus labios.
No beberé en tu vaso de cristal,
el vaso es frágil y ama lo inmortal.
Acércate, poeta sin recelos...
ofréndame la gracia de tus manos,
no habrá en mi antojo pensamientos vanos.
¿Quieres ir a los bosques con un libro,
un libro suave de belleza lleno?...
Leer podremos algún trozo ameno.
Pondré en la voz la religión de tu alma,
religión de piedad y de armonía
que hermana en todo con la cuita mía.
Te pediré me cuentes tus amores
y alguna historia que por ser añeja
nos dé el perfume de una rosa vieja.
Yo no diré nada de mi misma
porque no tengo flores perfumadas
que pudieran así ser historiadas.
El cofre y una urna de mis sueños idos
no se ha de abrir, cesando su letargo,
para mostrarte el contenido amargo.
Todo lo haré buscando tu alegría
y seré para ti tan bondadosa
como el perfume de la vieja rosa.
La invitación esta… sincera y noble.
¿Quieres ser mi poeta buen amigo
y solo tu dolor partir conmigo?
Alfonsina Storni
el 19 febrero 2012
inocentementeyo Goldcam el 19/02/2012
ResponEliminaAl fin!!! ahora puedo Mariví.
Que hermoso poema de Alfonsina, maravilloso y la foto.
Un beso a todos.
Mel
ellenidama el 19/02/2012
Ay, Rosa, tu foto supera con creces al poema que nos pones hoy (y eso que es precioso...)... Pero es tan real que casi la huelo desde aquí...
Estoy segura de que los poetas son seres de otro mundo. Esa sensibilidad tiene que ser algo sobrenatural... Cuando conocí a Aurora Luque, quedé prendada de ella... Me pasó lo mismo con Juan Antonio González Iglesias, aunque la poesía de éste no me gusta... pero tiene algo que los mortales comunes no tenemos...
La semana que viene hay un ciclo de poesía y maternidad en mi facultad... ¡no me lo pienso perder! :)
Besos.
maravillas10 el 19/02/2012
¿Quién no va a querer ser amigo del poeta? Ojalá todos pudiéramos poner un poeta en nuestra vida. Nos ayudaría a descubrir los lugares más enrevesados de nuestra vida... y nos regalará su visión tan personal de las cosas.
Grandísimo poema y con la compañía de una rosa de la mano de Rosa.
Resultado redondo.